El Gimnasio Campestre Beth Shalom es un lugar seguro donde nuestros hijos crecen no solo en el área académica, sino en el área emocional, social y espiritual. Crecen sabiendo que han sido llamados a transformar su entorno y por esto necesitan una formación especial y diferente.
Académicamente atrasan los estudiantes, la educación es baja, las instalaciones pesimas (salones, baños, hasta las sillas rotas), el desaseo es evidente siempre, incluyendo que afuera en la entrada siempre hay una persona en condición de calle durmiendo, la falta de valores empezando por un saludo de los docentes nunca se escucha, los docentes llegan mas tarde que los estudiantes. No lo recomiendo en ningún sentido.