Este colegio es un de los pocos en Armenia que aún conservan los valores y la exigencia. Soy ex alumna bethlemita y me siento muy orgullosa de haber pertenecido a esta hermosa comunidad.
No respetan a los alumnos, no los dejan jugar ni correr, tienen laboratorios y no los usan, no tiene zonas verdes, ni una matica, los niños no pueden usar balones, no tienen clase de arte ni teatro ninguna lúdica que sirva para el desarrollo de los niños, los niños son tratados como robots y si no alcanzan los estándares son expulsados sin contemplación.