Nos sentimos felices, tranquilos y orgullosos de que nuestro hijo haga parte de la maravillosa familia Stanford. Un lugar mágico, con personal idóneo en cada perfil, instalaciones de ensueño, y el cariño y amor que se percibe en cada rincón. No nos queda más que darles las gracias por el maravill
Soy ex alumna de la promoción de 1978, tengo muy buenos recuerdos del colegio y sobretodo agradecimiento por la excelente formación académica y en valores que recibí.