El colegio permite un escenario de crecimiento personal y espiritual. Fomentando la exigencia académica, pero sobre todo la formación del ser humano, como constructor de paz, reconciliación y convivencia pacifica. Siendo en ultimas una apuesta para la paz del país. Amo y admiro el Beth Shalom.
Soy testigo de lo felices que son mis niños en el colegio, empezaron desde los 4 años, y el mayor esta en 6 grado y el menor en 5to de primaria. Cuando es difícil, a ellos no les importa y estudian con felicidad porque les gusta su colegio. Lo defienden a cal y espada, yo les he dicho que si miráis alguno más fácil jeje.. y ellos me responden que “ni se me ocurra”